No es necesario que seas la primera
ministra, sin embargo, estoy de acuerdo que si tu vida fuera un libro lo
titularía invencible, imbatible. Tu serías más sobria, menos soberbia, más
detallista y pasarías años buscando el perfecto título del libro de tu vida.
Dado que te conozco afirmo que eres una mujer ganadora no por suerte sino
porque lo mereces. Adicionalmente, No es necesario decirte el cliché pero
recordarlo te daría una pista de como te llamarían en otras partes, de como te
llaman otras personas; El lugar más seguro es el bolso, asegura el cliché, pero
creo que es tu corazón.
Comparto abiertamente, mi
eterna doncella de Santa Marta, que tampoco espero que protejas a la vieja
Orleans con una armadura de hierro, pero admito con miedo, que tu misma, con tu
caracter, con tus convicciones, con tus manos, harías una armadura de hierro y
tal vez un arco con el que defenderías a muerte a tu ciudad, a tu país, y en
especial a tu familia ante cualquier asedio. Para darte más pistas de ti misma,
y de todas las veces que fuiste tu a lo largo de la historia, no dudo que una
voz que solo escucha tu corazón es lo que te hace tan determinada, tan
correcta, tan perfecta.
Este sexto año me recuerda que
eres como ese sexto más abundante en el universo visible, tu corazón parece ser
hecho del mismo hierro de las estrellas, por que tiene la fascinante y a la vez
extraña facultad de arder hacia dentro, de guardarlo todo, de no romperse, de
ser más duro que los momentos duros, de ser más atractivo e imponente que la más
bella y alta escultura de Paris que no visité por no profanar mi deseo de
recorrerla juntos.
Espero no sonar ordinario al
compararte con el hierro, el cual no siendo elegante como el oro, como los
diamantes, o los lirios, colorea a la vida ruborizando tus mejillas con mis
chiste malos, viejos y oxidados.
Por eso siendo tu hermosa,
frágil, delicada y muy femenina nada te quita que seas de hierro, que seas mi
dama de hierro. Estos 6 años tu mente tu alma tu corazón fueron limados -como
se lima el hierro- con las risas que compartimos, con el de dolor tu cuerpo, con la sabiduría que ganaste,
con el caracter de tu hija, con la experiencia de soportarme, con la aspereza
de aguantar que soy terco, perezoso, tal vez desordenado y que no admito mis
defectos...
En esta celebración de hierro quiero decirte ¡Gracias por ser mi esposa!
En esta celebración de hierro quiero decirte ¡Gracias por ser mi esposa!
Que el que es, que es uno solo,
y me puso aquí, ¡Te bendiga con larga vida!
FE-liz boda de hierro.
Fabio Andrés.
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