2020-04-30

La dama de hierro de carne y hueso.

No es necesario que seas la primera ministra, sin embargo, estoy de acuerdo que si tu vida fuera un libro lo titularía invencible, imbatible. Tu serías más sobria, menos soberbia, más detallista y pasarías años buscando el perfecto título del libro de tu vida. Dado que te conozco afirmo que eres una mujer ganadora no por suerte sino porque lo mereces. Adicionalmente, No es necesario decirte el cliché pero recordarlo te daría una pista de como te llamarían en otras partes, de como te llaman otras personas; El lugar más seguro es el bolso, asegura el cliché, pero creo que es tu corazón.

Comparto abiertamente, mi eterna doncella de Santa Marta, que tampoco espero que protejas a la vieja Orleans con una armadura de hierro, pero admito con miedo, que tu misma, con tu caracter, con tus convicciones, con tus manos, harías una armadura de hierro y tal vez un arco con el que defenderías a muerte a tu ciudad, a tu país, y en especial a tu familia ante cualquier asedio. Para darte más pistas de ti misma, y de todas las veces que fuiste tu a lo largo de la historia, no dudo que una voz que solo escucha tu corazón es lo que te hace tan determinada, tan correcta, tan perfecta.

Este sexto año me recuerda que eres como ese sexto más abundante en el universo visible, tu corazón parece ser hecho del mismo hierro de las estrellas, por que tiene la fascinante y a la vez extraña facultad de arder hacia dentro, de guardarlo todo, de no romperse, de ser más duro que los momentos duros, de ser más atractivo e imponente que la más bella y alta escultura de Paris que no visité por no profanar mi deseo de recorrerla juntos.

Espero no sonar ordinario al compararte con el hierro, el cual no siendo elegante como el oro, como los diamantes, o los lirios, colorea a la vida ruborizando tus mejillas con mis chiste malos, viejos y oxidados.

Por eso siendo tu hermosa, frágil, delicada y muy femenina nada te quita que seas de hierro, que seas mi dama de hierro. Estos 6 años tu mente tu alma tu corazón fueron limados -como se lima el hierro- con las risas que compartimos, con el de dolor tu cuerpo, con la sabiduría que ganaste, con el caracter de tu hija, con la experiencia de soportarme, con la aspereza de aguantar que soy terco, perezoso, tal vez desordenado y que no admito mis defectos... 

En esta celebración de hierro quiero decirte ¡Gracias por ser mi esposa!
Que el que es, que es uno solo, y me puso aquí, ¡Te bendiga con larga vida! 
FE-liz boda de hierro.
Fabio Andrés.